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Ortorexia: ¿El comer sano puede convertirse en un peligro para la salud?
Es válido pensar que no hay nada de malo en comer frutas y vegetales, o en convertirse en vegano, pero la ortorexia es un extremo que aunque parece sano, está contra la salud.
El término se utiliza para identificar un trastorno que obsesiona a las personas con la comida sana.
Así como ingerir comida chatarra puede afectarnos, la ortorexia también causa grandes complicaciones, por eso aquí te mostraremos todo lo que necesitas saber de ella.
¿Qué es la ortorexia?
Se define como un TCA (trastorno de conducta alimenticia) y consiste en la obsesión por solo consumir alimentos sanos. Esto lleva a la persona a realizar dietas excesivas, y a mantener un estricto control respecto a todo lo que ingiere y las cantidades que come.
Quien padece ortorexia, rechaza cualquier alimento que no se considere sano y ecológico, pero no lo sustituye con algún otro que supla sus nutrientes. Esto conlleva a que su ingesta de elementos proteínicos necesarios para el cuerpo, disminuya grandemente.
El alimentarse de esta manera, trae consigo la perdida de vitaminas, peso, energía y la fortaleza necesaria que aporta una dieta balanceada. Por otra parte, el comportamiento del ortorexico no es normal, poseyendo un cuadro obsesivo con la comida.
Dedica gran parte de su tiempo a organizar su rutina de alimentación, en evaluar la calidad de sus alimentos, comprar y cocinar lo que come. Es una obsesión notable que provoca conflictos físicos y psicológicos cuando está en una fase aguda.
Síntomas evidentes de la Ortorexia
Un ortorexico se reconoce fácilmente al ver su postura ante la alimentación, posee una marcada obsesión por solo ingerir comida sana. Pasa gran parte de su día enfocado en lo que respecta a sus dietas y en cómo cuidar, mejorar y mantener su rutina de alimentación.
Contrario a la anorexia, él no se avergüenza ni oculta su obsesión, sino que presume su forma de comer con orgullo. Tiende a sentir rechazo y menospreciar a quienes no sienten el mismo cuidado que él por la ingesta de los alimentos y cuestiona a quienes no hacen dieta.
Su control al comer es estricto, al punto de deprimirse si no lo logran y se autocastigan con ayunos y privaciones más fuertes. Su obsesión es tal, que llega un punto donde pueden perder la capacidad de reconocer cuando tienen hambre y cuando están saciados.
En el aspecto físico, sufren una pérdida de peso notable, esto lo acompaña la falta de energía producto del déficit de vitaminas y nutrientes. También puede que se encuentren con defensas bajas y un comportamiento bastante ansioso.
Causas y origen de la ortorexia
Las causas no son claras, algunos estudios sugieren que el conflicto está ligado a otros trastornos compulsivos como el perfeccionismo. Lo que sí es notorio es que la mayoría de los casos inician como prácticas nutricionales sanas y se vuelven obsesión.
La evaluación de distintos casos también sugiere que la ortorexia se desarrolla como una respuesta ante el desagrado por algunos alimentos o la preocupación excesiva por mantenerse sano, esto puede ser motivado por alguna mala experiencia ocasionada por comida.
Conflictos que ocasiona
Dejando de lado los problemas de salud que ya abordamos anteriormente, también debemos destacar que cualquier conducta obsesiva trae conflictos consigo. Muestra de ello es el aislamiento, el cual es un problema que experimenta con frecuencia el ortorexico.
Al ver que otros no comparten su mismo estilo de vida, tiende a mantenerse alejados de las personas, dificultando así las relaciones interpersonales. Por otra parte, las personas cercanas posiblemente también sientan rechazo hacia él, al no comprender que sufre un problema.
La depresión es otro problema que no tardará en aparecer, ya que al verse sometido a controles tan estrictos y no conseguir cumplirlos como lo desea, esto ocasionará cuadros depresivos. Este es un conflicto muy común en cualquier tipo de obsesión.
Por último, también llegan a desatender aspectos importantes de su vida por mantenerse concentrados la mayoría del tiempo en su alimentación. Esto los lleva limitar y descuidar el desarrollo de proyectos, emprendimientos, relaciones amorosas, entre otros.
Detección y tratamiento
Existe una línea muy delgada entre el cuidado de la salud y la obsesión alimenticia, lo que hace que no sea tan sencillo identificar el trastorno. Para diagnosticar se debe realizar una consulta profesional donde mediante algunas preguntas se evaluará el estado psicológico.
El estado físico es el complemento del diagnóstico que ayuda a validar que efectivamente se trata de un trastorno. Para tratar el conflicto se requiere ayuda psicológica, que normalmente se aplica mediante terapias y la ayuda de medicamentos si se requieren.
Pero además, también es requerida una consulta de orientación con un nutricionista que ayude al paciente a colocar en orden su alimentación y hacerlo perder el miedo frente a la ingesta de otros alimentos. Es un trabajo conjunto que requiere supervisión y apoyo.
Comer sano es una de las mejores prácticas que cualquier ser humano puede desarrollar, pero obsesionarse no tiene nada de saludable. Nunca olvides que comer es un placer que debe disfrutarse y debe de ser un gusto, no una obligación.